My ICL Experience

唐意雯
11 days ago
Había luchado contra la miopía alta desde que tengo memoria. Las gafas simplemente formaban parte de mi vida, aunque fueran una molestia. Ya fuera haciendo ejercicio, viajando o tomando fotos, siempre me estorbaban. Durante años pensé en la cirugía de corrección visual, pero nunca di el paso porque tenía miedo de los posibles efectos secundarios de los procedimientos láser tradicionales. La idea de que mi córnea se volviera más delgada, el riesgo de sequedad ocular y la posibilidad de deslumbramiento nocturno me hicieron dudar una y otra vez. Mis ojos son demasiado importantes para mí como para tomar riesgos a la ligera.
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Lo que finalmente me impulsó a aprender más fue escuchar a varios de mis amigos hablar sobre sus experiencias en B&VIIT Eye Clinic. Algunos de ellos se habían sometido a la cirugía láser SMILE allí y estaban extremadamente satisfechos, no solo con su vista, sino también con el entorno profesional y atento de la clínica. Sus historias positivas me dieron el valor para visitar la clínica para una consulta completa.
Durante los exámenes integrales, descubrí algo que nunca había esperado:
👉 Mis córneas eran demasiado delgadas para cualquier procedimiento láser, incluido SMILE.
Al principio me sentí un poco derrotado. Finalmente había reunido el valor para considerar la cirugía, solo para descubrir que la corrección con láser ni siquiera era una opción para mí. Pero el médico explicó de inmediato que había otro método específicamente adecuado para personas como yo con córneas delgadas: la cirugía de lente de colámero implantable (ICL).
El médico explicó pacientemente cómo funciona la ICL: en lugar de remodelar la córnea, se coloca una lente blanda biocompatible detrás del iris, que trabaja junto con mi lente natural para enfocar la luz. Como la córnea queda intacta, se evitan problemas como sequedad ocular y reducción de la resistencia corneal. En otras palabras, no era una limitación: en realidad yo era un candidato perfecto para este procedimiento. Oír eso me hizo sentir aliviado y sorprendentemente esperanzado.
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Una cosa que hizo que todo este viaje fuera aún más significativo fue que lo viví junto a un amigo. Ambos programamos nuestras consultas y las fechas de la cirugía en torno al mismo período. Tener a alguien a mi lado hizo que todo fuera menos intimidante: desde hacer todas las pruebas preoperatorias, discutir nuestros resultados, hasta compartir nuestra nerviosa emoción la mañana del procedimiento. Entrar juntos al área de operaciones se sintió reconfortante, casi como si nos estuviéramos apoyando mutuamente en una importante mejora de vida.
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Desde el momento en que entré por primera vez en B&VIIT, pude sentir inmediatamente que esta clínica era diferente. El entorno era luminoso, limpio y moderno. El personal nos recibió calurosamente, y cada enfermera que conocimos fue amable, paciente y atenta. Cada paso—cada escaneo, medición, explicación—se comunicó claramente. Aprecié especialmente cómo el médico se tomó el tiempo para analizar cuidadosamente el grosor corneal, la prescripción y la estructura de mi ojo antes de confirmar que la ICL era segura para mí.
El día de la cirugía, el proceso transcurrió más suavemente de lo que esperaba. Las enfermeras me guiaron en cada paso y siguieron comprobando si me sentía cómodo. El procedimiento en sí fue sorprendentemente rápido—alrededor de diez minutos. No sentí dolor, solo una ligera presión y luces brillantes. La voz firme del médico y sus explicaciones tranquilas me ayudaron a mantenerme relajado durante todo el tiempo. Cuando terminó, casi no podía creer que algo tan trascendental pudiera suceder tan rápido.
Después de la operación, el equipo comprobó la presión de mi ojo y explicó el calendario de medicación en detalle. Este fue también el momento en que B&VIIT me sorprendió con algo que no esperaba: un paquete de cuidados postoperatorios preparado con esmero. Dentro, había:
• un par de gafas de sol
• un pequeño neceser cosmético
• suplementos de vitamina C
• aceite de pescado omega-3
• lágrimas artificiales
• un protector ocular para dormir
Parece sencillo, pero recibir estos artículos me hizo sentir realmente cuidado. Las gafas de sol fueron esenciales durante las horas de luz después de la cirugía, el protector ocular protegió mis ojos mientras dormía y los suplementos ayudaron a apoyar la recuperación. El hecho de que la clínica los preparara con antelación mostró cuánto consideraron la experiencia de curación general del paciente.
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A la mañana siguiente, regresé para la cita de seguimiento —y me quedé asombrado.
👉 Mi visión ya se había vuelto notablemente clara.
Ese momento en que miré a mi alrededor y me di cuenta de que podía ver el mundo sin gafas se sintió surrealista. Los colores aparecían más nítidos, los bordes más definidos y todo se veía más brillante. No había sequedad, ni dolor, ni sensación de cuerpo extraño. El médico confirmó que la posición de la lente era perfecta, la presión ocular era normal y todo estaba sanando de maravilla.
A medida que pasaban los días, me di cuenta de la enorme diferencia que esta cirugía hizo en mi vida. Ya no tenía que preocuparme por gafas empañadas, monturas que se deslizan durante los entrenamientos o por tener que limpiar las lentes constantemente. Mi visión ahora se siente natural, nítida y estable. Incluso por la noche, la claridad se mantiene constante, sin destellos ni deslumbramientos molestos.
Mirando hacia atrás, estoy realmente agradecido de que mis córneas fueran demasiado delgadas para la cirugía láser—porque eso me llevó a descubrir la opción que realmente era adecuada para mí. Toda la experiencia en B&VIIT—desde la consulta, los exámenes detallados, el apoyo el día de la cirugía, el cuidado postoperatorio y la cálida presencia de mi amigo durante todo el proceso—hizo que este viaje fuera inolvidable.
Si tienes miopía alta, córneas delgadas o dudas sobre la cirugía láser, te recomiendo sinceramente acudir a una consulta en B&VIIT Eye Clinic. El ICL no solo me ha dado una visión clara, sino también la confianza y la comodidad que no sabía que me faltaban. Se siente como si hubiera ganado una nueva forma de ver el mundo—no solo visualmente, sino también emocionalmente.
Este procedimiento fue realmente una de las mejores inversiones que he hecho en mí mismo.