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En la cumbre de la APEC en Gyeongju, se sirvieron a líderes mundiales y delegados postres regionales coreanos —apodados “K-desserts”. En las mesas oficiales de la reunión se colocaron el Hwangnam-ppang de Gyeongju (un pan tradicional relleno de pasta de judía roja con un distintivo patrón de peine), la galleta de nuez de Cheonan (hodu-gwaja), el soboro frito de Daejeon (un bollo dulce crujiente y frito), el pan de cebada y trigo inspirado en Jikji de Cheongju con judía roja y nueces (Jikji-bbang), y los choco-pies hechos a mano de Jeonju. Esta tendencia de “loconomía” (Local+economía) pone de relieve cómo las especialidades locales se reinventan para los gustos modernos y se comercializan como productos emblemáticos regionales —similar a los anteriores artículos del menú temáticos de Corea en McDonald’s. La elección de estos aperitivos para eventos de alto perfil demuestra que preservar la identidad regional y la tradición puede aumentar el reconocimiento global de la cultura culinaria coreana.