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Expertos y fabricantes de electrodomésticos ahora dicen que enjuagar los platos antes de meterlos en el lavavajillas suele ser innecesario. Los lavavajillas modernos (y las enzimas de los detergentes) funcionan mejor cuando queda una pequeña cantidad de residuos de comida: los sensores detectan el nivel de suciedad y ajustan la intensidad del lavado, y los detergentes enzimáticos se activan al reaccionar con las migas. Sin embargo, existen excepciones: máquinas muy antiguas, alimentos muy secos y adheridos (como arroz de la noche anterior, mantequilla de cacahuete, aguacate o sopas espesas), o dejar los platos sucios reposando pueden aún requerir un enjuague o remojo rápido. Para evitar enjuagar con éxito, limpia el filtro regularmente (aproximadamente dos veces al mes), elige ciclos más fuertes para suciedades intensas, coloca los platos de forma que el agua pueda circular y revisa si quedaron zonas sin limpiar después del lavado para poder volver a lavar los artículos problemáticos.